Cambiar la distribución del auto, incluidas las correas y los tensores, es crucial por varias razones: 1. Evitar daños al motor: La correa de distribución sincroniza el movimiento del cigüeñal y el árbol de levas, lo que garantiza que las válvulas se abran y cierren en el momento adecuado durante el ciclo del motor. Si la correa se rompe o se desgasta demasiado, las válvulas y los pistones podrían chocar, causando daños graves y costosos al motor. 2. Mantener el rendimiento del motor: Las correas y tensores desgastados pueden hacer que el motor funcione de manera ineficiente, lo que puede afectar la sincronización y, por lo tanto, el rendimiento del vehículo. Un motor que no está funcionando de manera óptima también puede consumir más combustible. 3. Evitar averías inesperadas: Las correas de distribución tienen una vida útil específica y, si no se cambian a tiempo, pueden romperse repentinamente, dejando el vehículo inoperativo. Esto puede ocurrir en cualquier momento y lugar, lo que representa un riesgo para la seguridad y una inconveniencia significativa. 4. Mantenimiento preventivo: Cambiar las correas y tensores a intervalos recomendados es una medida de mantenimiento preventivo que puede ahorrar dinero a largo plazo, evitando reparaciones mayores o la necesidad de reemplazar todo el motor.Por estas razones, es fundamental seguir las recomendaciones del fabricante respecto a cuándo realizar el cambio de la correa de distribución y los tensores para garantizar el buen funcionamiento y la longevidad del motor del vehículo.